lunes, 26 de abril de 2010

Un "viaje" en tren


A casi todo el mundo (creo) le gusta viajar. Conocer nuevos lugares, nuevas personas, diferentes formas de vivir y ver la vida. Para ello no es necesario ir lejos (o si), cada rincón, cada persona tiene la capacidad de sorprender al viajero y/o “transformarlo” de múltiples formas. Es mas, el mero hecho de movernos, aunque sea por lugares de sobra conocidos, con gente familiar…nos gratifica, nos mantiene lucidos y cuerdos (si se desea).

Entre los vehículos que nos permiten “escapar” del tedioso discurrir del tiempo, siempre ha tenido buena fama EL TREN. Existen muchos tipos de trenes. Las diferencias no solo se deben a tamaña, forma o color. Cada tren tiene una idiosincrasia propia, influenciada por múltiples características: recorrido, destino, utilidad, rapidez, locomotora, coste…Por ello, cada viajero decide en que anden espera…al próximo tren.

Un tipo de tren por todos conocido, es el Tren de cercanías. Este tren suele ser coqueto, fiable, relativamente cómodo, sin lujos (no los necesita). Su recorrido es corto y de sobra conocido por el viajero, origen y destino fijados, tanto a izquierda como derecha, todo resulta acogedor por familiar, tranquilo. Se podría decir que estas en “casa”. Hay reside su fuerza de atracción…su utilidad…pero a la vez es su punto mas débil, ha perdido la capacidad para sorprender.

Existe un tipo de tren, útil para determinados viajes, pero al cual recurrimos por un afán algo romántico. Nos decidimos por el Tren Hotel por la propia experiencia, realizar un largo viaje en tren, por lugares desconocidos. Comer, dormir, divertirse todo ello en movimiento. A estos trenes no les falta detalle, están totalmente equipados y con unos acabados de calidad. Pero, siendo realmente cómodos, encontrándose en ellos casi de todo, la mayor parte del viaje lo pasas en la cama (para que engañarnos). Al final, el tren tras unos cuantos días, suele llegar a su destino. A la vuelta rara vez se repite. En el fondo, el viajero al subir al tren sabe que el viaje no durara eternamente (tampoco lo desea)…pero si su recuerdo.

Para los más aventureros, existe una modalidad de viajar en tren, con gran tradición, estamos hablando del Interrail. Los viajes realizados de esta forma tienen un aire de divina locura, no se sabe a ciencia cierta donde se va…si se mueve uno en la dirección correcta…pero se disfrutan igualmente. Suelen resultar algo caóticos, como una montaña rusa, ahora estas arriba y al instante siguiente…no. Se visitan infinidad de lugares, se cogen multitud de trenes, todos diferentes: feos, recargados, luminosos, descacharrados, familiares, rápidos, juguetones. El caos organizativo, la improvisación forzada, la imaginación, el ir y venir; el movimiento en definitiva, le confiere a todo un aire de renovación continua. Te sientes vivo, pero se acaba un poco (o bastante) cansado.

Por ultimo, nos encontramos un tipo de tren especial, me refiero a los Trenes de alta velocidad. AVE en España, tren bala en Japón, TGV en Francia…en definitiva cada país tiene su variante. Estos trenes se suelen coger por necesidad, por extrema necesidad (o enfermedad), por trabajo, por placer, etc. Los viajeros de los mismos, se podría decir, que no responden a un perfil definido. Cuando "te montas" en uno el paisaje o los paramos que atraviesa, son lo que menos importa. Lo verdaderamente importante es llegar a tu destino…más o menos rápido, bajarte en la estación y seguir con tu rollo. Precio a convenir.


Pd: a buen entendedor pocas palabras bastan. YOU CHOSE.


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